Como ya hemos visto, una hipoglucemia es una «bajada de azúcar».
Muchas familias luchamos a diario contra ellas y eso implica adquirir una serie de conocimientos básicos.

Cuando un niño con hiperinsulinismo congénito –u otra enfermedad que pueda causar hipoglucemias- pasa de encontrarse bien a mostrar síntomas que hemos visto con anterioridad, lo primero que hay que pensar es que está sufriendo una.
En estos casos, lo primero que hay que hacer es confirmar la hipoglucemia midiendo el nivel de glucosa en sangre. Si por el motivo que sea no se puede hacer un control en ese momento, hay que actuar como si efectivamente la estuviera teniendo.
¿Cómo actuar ante una hipoglucemia?
La respuesta general debería ser un «depende». En realidad, debemos saber cómo actuar según la severidad de la hipoglucemia o de la gravedad de los síntomas. Es decir: si se tiene una hipoglucemia asintomática con valores muy bajos, o una hipoglucemia leve con síntomas graves (ej.: pérdida de conciencia), hay que actuar como si de una hipoglucemia grave se tratara.
Ante una hipoglucemia leve hay que aplicar la regla del 15. Es decir: administrar 15 gramos de hidratos de carbono de absorción rápida y esperar en reposo 15 minutos.
Una vez han pasado los 15 minutos hay que volver a medir el nivel de glucosa en sangre. En caso de que la hipoglucemia no se haya corregido, se debe repetir la operación y administrar otros 15 gramos de hidratos de carbono de absorción rápida.

Con Paula utilizamos sobres de glucosa que es lo que nos va mejor. Hay distintas marcas: Diabalance, Gluc Up… Los podéis encontrar en cualquier farmacia y están disponibles en varios sabores.
De hecho, es recomendable que siempre llevéis algún sobre encima. También que dejéis algunos en el colegio, en casa de los abuelos… porque como ya sabéis, con nuestros niños nunca se sabe.
Si no tenéis sobres de glucosa de absorción rápida, también podéis sustituirlos por 2 o 3 azucarillos, un vaso de zumo de fruta, un vaso de refresco azucarado (los light o los «zero» no sirven)…
Recuerda que nuestros «bombones sin azúcar» pueden sufrir un EFECTO REBOTE, así que una vez se haya corregido la hipoglucemia deberíais darle algún hidrato de carbono de absorción más lenta para frenar la secreción de insulina…
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¿Y qué hay que hacer en las hipoglucemias severas?

Ante una hipoglucemia severa, bien sea porque el valor de glucosa en sangre es anormalmente bajo, bien porque hay una pérdida de consciencia o bien porque el niño no consiente en tragar… hay que utilizar GLUCAGÓN.
De momento el glucagón solo está disponible en formato inyectable, pero parece que en los próximos años tendremos en el mercado glucagón por espray nasal. Una noticia estupenda para todos los que lo pasamos fatal pinchando a nuestros niños.
Cuando Paula era más pequeña nos dieron jeringas de insulina para calcular la dosis de glucagón a inyectar: una «rayita» (1mUI) por cada año que tuviera si estaba consciente. Es decir: al año 1 mUI, a los dos años 2 mUI, a los tres años 3 mUI… Y en caso de que estuviera inconsciente: medio bote.
Como ya ha crecido, ahora tenemos que inyectar el bote entero.
Os recomiendo lo mismo que antes: tened un bote de glucagón disponible en aquellos sitios donde vuestro hijo pasa más tiempo: en casa, en el colegio, en casa de los abuelos… Recordad que el glucagón debe conservarse en frío.
Importante: ante una hipoglucemia grave hay que avisar a los servicios sanitarios de emergencia.
En nuestro caso, siempre que Paula ha tenido una hipoglucemia grave hemos acabado en el hospital por lo menos una noche, porque se desregula completamente. Pero como ya sabéis, cada niño con HI es un mundo…
Encontrarás fundas de glucómetro divertidas y originales, pulseras de alerta médica, fundas para bomba de insulina, libros…
¡Seguro que hay algo para vosotros!
La Otra Cara de la Insulina os recuerda que no somos médicos.
Si tienes cualquier duda sobre el tratamiento a seguir,
consulta con profesionales sanitarios cualificados.