
Cuando te encuentras con una enfermedad que requiere un control exhaustivo de las glucemias, una de las primeras cosas que aprendes es cómo usar un medidor de glucosa.
Los glucómetros portátiles tienen una serie de ventajas con respecto a la rapidez con que se obtienen los resultados y la facilidad de acceso para los pacientes. Sin embargo, presentan también una serie de limitaciones que suelen ser desconocidas y que pueden afectar a la fiabilidad del control glucémico.
De hecho, las interferencias pueden suponer un problema de gran envergadura, ya que dependiendo del glucómetro utilizado y de la persona, se pueden observar márgenes de error que oscilan entre el 6% y el 68%.
Por eso, además de elegir un medidor que arroje datos lo más precisos posibles, también es importante aprender cuáles son los distintos factores que pueden entorpecer la precisión de las lecturas.
FISIOLOGÍA DE LA PERSONA
Para medir la cantidad de «azúcar» que hay en una gota de sangre, los glucómetros utilizan un sistema de medición enzima/coenzima y lo transforma en el número que aparece reflejado en la pantalla. Las tiras reactivas también contienen una serie de componentes (enzimas, coenzimas, filtros de barrera, etc.).
Dependiendo del tipo de glucómetro y de su método, se pueden producir interferencias por:
Sustancias internas de nuestro organismo (endógenas).
Hay varios factores que pueden influir, como: el estado de oxigenación de la persona, las alteraciones en la temperatura corporal, las alteraciones de la sangre, la hipotensión, etc.


Sustancias externas (exógenas).
El aporte de algunos agentes como la maltodextrina, la maltosa, el ácido ascórbico (se usa en algún tratamiento de quimioterapia) o el manitol, entre otros, también pueden interferir en las lecturas del medidor. Asimismo, algunos estudios muestran también la influencia de determinados fármacos.
Dada la importancia que tiene en la elección de las pautas a seguir el número que vemos reflejado en el glucómetro, sería recomendable consultar con personal sanitario cualificado si tu condición de salud o el tratamiento farmacológico que recibes, puede obstaculizar la exactitud de las lecturas.
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INTERFERENCIAS MEDIOAMBIENTALES
Los medidores de glucosa pueden ser menos exactos en condiciones de altitud elevada, de temperaturas extremas (frío o calor), de humedad elevada o ante niveles altos o bajos de oxígeno.
Una vez el glucómetro vuelve a estar en un lugar con temperatura, altitud o humedad normales, debería volver a funcionar adecuadamente.
Como consejo, si vas a estar en un lugar en el que los factores ambientales puedan afectar a las mediciones del aparato, sería buena idea protegerlo con un recipiente aislado, como puede ser una bolsa con cierre, que mantenga el glucómetro y las tiras secos.
ERRORES HUMANOS
La manera de controlar la glucemia también puede reducir la precisión de las mediciones, ya sea por la limpieza de la zona de extracción, por el lugar de punción, por el tiempo transcurrido desde la ingesta de alimentos, por el estado de conservación de los materiales, etc.
Por eso, es recomendables seguir unas buenas pautas a la hora de realizar una glucemia que nos ayuden a minimizar los errores humanos.
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La Otra Cara de la Insulina os recuerda que no somos médicos.
Si tienes cualquier duda sobre el tratamiento a seguir,
consulta con profesionales sanitarios cualificados.